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CIENCIA
POLICIAL
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nados servicios básicos. La mayor vigilancia se realizó «a las afueras
de la población y en las inmediaciones de las fábricas de luz. Los ser-
vicios de abastecimiento de aguas también aparecían muy vigilados».
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Además, guardias de asalto fueron situados en calles del centro de la
ciudad, con su vehículo a la vista, y con órdenes de identificar y regis-
trar a los viandantes, exigiéndoles que justificaran la razón por la que
estaban a horas nocturnas en la calle, Muñoz Grandes dirigió perso-
nalmente este despliegue.
Las directivas de las sociedades obreras pertenecientes a la Casa del
Pueblo estuvieron reunidas durante la noche en el local de la calle Fer-
nández de la Hoz, sede de la U.G.T. Decidieron, como protesta contra
la celebración de la asamblea de terratenientes catalanes, «declarar la
huelga general de todos los oficios afectos a la U.G.T. y a las organiza-
ciones comunistas para las seis de la madrugada»
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Debido a la premura con la que se había convocado el paro general
en toda la ciudad, el conocimiento de la orden de huelga se retrasó un
poco para la mayoría de los ciudadanos, a ese retraso contribuyó el
paro de los repartidores y vendedores de diarios, por lo que la Direc-
ción General de Seguridad se ocupó de atender el servicio de venta de
periódicos, montando puestos para expender la prensa en la puerta
de Atocha, calle Alcalá, esquina a Fardiñas; glorieta de Bilbao, junto a
Carranza; plaza de España y ministerio de la Gobernación. Ya entonces
se consideraba el derecho a la información, como uno de los derechos
fundamentales de la sociedad.
Los «piquetes» informaban a pie de calle, controlados de cerca por
la Fuerzas de Seguridad y de Asalto, para proteger a todos aquellos
establecimientos que no querían secundarla, produciéndose múltiples
incidentes, con la particularidad generalizada de que, cuando inter-
venían policías del cuerpo de Vigilancia, estos se veían desbordados y
desobedecidos constantemente, teniéndose que personar la Guardia de
Asalto o la Guardia Civil para resolver la intervención.
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El Sol
, 9 de septiembre de 1934, p. 1.
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Ídem
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