CIENCIA
POLICIAL
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en la sociedad, creando visiones distintas de ellos. Lo cierto es que,
aunque fueran cuerpos distintos, trabajaban conjuntamente. Los uni-
formados apoyaban en todo momento las intervenciones peligrosas de
los policías de paisano.
6.2
Desde enero hasta octubre de 1934
Los primeros meses de este año fueron bastante tensos y
problemáticos en cuanto a la Seguridad Ciudadana se refiere, cons-
tituyéndose Madrid como capital en el epicentro de muchos de ellos,
aunque los levantamientos revolucionarios serían más importantes en
provincias. Fueron numerosos los asesinatos de civiles, así como de
policías, por parte de anarquistas, comunistas, socialistas y extrema
derecha. Por ello, el 29 de marzo, Muñoz Grandes dio una orden, a tra-
vés de la Inspección General del Cuerpo de Seguridad, por la que las
parejas de guardias debían ir lo suficientemente separadas como para
poder protegerse mutuamente, evitando así el atentado sobre ambos
agentes cuando se utilizaran bombas. Igualmente aplicó estas medi-
das a escuadras, pelotones y unidades superiores. Además las armas
reglamentarias debían de portarse montadas y con el seguro puesto,
teniendo que llevarlas empuñadas cuando los agentes fuesen en los
vehículos, para poder hacer frente rápidamente a cualquier agresión.
El 20 de julio Muñoz Grandes acudió, junto a un camión de las Fuer-
zas de Asalto, para colaborar en la extinción del incendio en un alma-
cén de trapos en el número 69 de la carretera de Toledo, en el término
de Carabanchel Bajo. En las naves se guardaban 20 vagones de papel y
siete de trapos. No resultó fácil sofocarlo debido a la escasez de agua,
hubo que desalojar las viviendas cercanas, quedando los almacenes
totalmente destruidos, pero sin desgracias personales. Demuestra esta
intervención lo dispuesto que estaba en todo momento el teniente co-
ronel a dirigir sobre el terreno a sus hombres y más si se trataba del
lugar en el que él había nacido. Estas situaciones fueron las que poco
a poco le hicieron ganarse el cariño y respeto de sus subordinados. Ese
mismo verano acudió a varios siniestros similares en distintos lugares
de la capital.
El 19 de julio los obreros que trabajaban en las obras de ampliación
del Banco de España se declararon en huelga de brazos caídos. La pe-