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CIENCIA

POLICIAL

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Cajal que se encontraba en el centro del jardín de entrada fue el más

damnificado, con varios impactos.

Al día siguiente los estudiantes, como protesta por lo ocurrido, de-

clararon una huelga de 48 horas. Cortaron la circulación e intentaron

agredir a un fotógrafo que pretendía recoger unas instantáneas, quien

fue milagrosamente protegido por los de Asalto, que casualmente pa-

saban por el lugar. Nuevamente se parapetaron en la Facultad y al

igual que el día anterior, la intervención de Muñoz Grandes, entrando

en solitario a hablar con los jóvenes y asegurarles que, si deponían su

actitud no se llegaría a intervenir, sirvió para solventar esa situación.

La facultad de Medicina de San Carlos ya tenía un largo historial de

revueltas y enfrentamientos con la Policía, como ejemplo los distur-

bios en tiempos de Emilio Mola como director general de Seguridad,

por los que fue juzgado. Continuarían engrosando este currículo, con

similares altercados, como los acaecidos unos meses después, en fe-

brero de 1934, en los que no llegaron a intervenir los de Asalto, y en

los que el capitán que mandaba las fuerzas del cuerpo de Seguridad,

Virgilio Arellano Calvo fue herido, así como el guardia Marcos García,

ambas heridas causadas por armas de fuego y calificadas como menos

graves

24

.

El periódico

Luz,

en su edición del 29 de diciembre, aporta una

interesante noticia con el título «La escolta de los coches de los minis-

tros la darán desde hoy los guardias de asalto», se ignora cuánto duró

esta disposición, pero gracias a la prensa la hemos podido conocer. La

noticia continuaba:

«Cuando esta mañana se presentaron en el ministerio

los agentes del Cuerpo de Vigilancia que habitualmente

prestan servicio en los coches de escolta de los ministros,

se presentaron también dos guardias de asalto en cada uno

de dichos centros oficiales, con la orden de sustituir a los

agentes en la referida función. Los guardias de asalto acu-

dieron de uniforme a unos centros, y de paisano a otros.

Ignoramos a qué obedece este cambio de organización.

24

Ahora

, 8 de febrero de 1934, pp. 6 y 16.