Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  118 / 226 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 118 / 226 Next Page
Page Background

Los guardias de asalto bajo el liderazgo de Muñoz Grandes

117

tición era el aumento de jornal en un 50 % para todos los turnos, ya

que, en meses anteriores, el jurado mixto había resuelto que se aten-

dieran en parte sus peticiones, otorgando la subida del 50 % al turno

de noche y el 25 % a los dos restantes. En esas obras trabajaban, en

tres turnos, unos 300 obreros. Además de la huelga, se refugiaron en

los sótanos del edificio cerca de 200, negándose a abandonarlo. Por

si fuera poco, a la escalera que utilizaron para bajar, le cortaron unos

cuantos peldaños, dejando una altura desde el último hasta el suelo,

de unos seis metros, lo que hacía imposible que nadie bajara hasta ese

lugar. Se procedió a montar un servicio de vigilancia para impedir

que

se formasen grupos

y que les pudieran suministrar víveres, evitando

que se les unieran los obreros del turno de noche –en el interior se

encontraban los obreros de los turnos de mañana y tarde–.

Los familiares de los huelguistas intentaron manifestarse frente al

Ministerio de Gobernación, siendo disueltos por los de Asalto, sin inci-

dentes. A la vez, se mantenían encuentros con representantes autori-

zados y delegados sindicales, a los que los encerrados permitían bajar,

para solucionar el conflicto.

Sobre las cuatro de la mañana del domingo 23, el teniente coronel

Muñoz Grandes acudió al lugar para hacerse cargo de la situación y

con órdenes de sacar a los encerrados utilizando gases lacrimógenos si

fuera necesario. Se entrevistó con ellos, pidiéndoles que abandonaran

su actitud y prometiéndoles que no se tomaría contra ellos ninguna

medida que pudiera perjudicarles; después del tiempo que se les ha-

bía otorgado para decidir, estos continuaron con su clara intención

de no abandonar ni la huelga, ni las galerías, por lo que se procedió a

la utilización de los gases para hacerles salir, cosa que se consiguió.

No todos pudieron salir, algunos quedaron dentro desvanecidos por

los efectos de los gases, con lo que varios guardias de asalto bajaron

junto a alguno de los obreros para que les indicaran donde estaban sus

compañeros y poder auxiliarles con las caretas antigás que portaban.

«A las seis menos veinticinco, y por guardias de asalto, fueron sacados

de los pozos cinco obreros más desvanecidos. En la misma rotonda del

Banco los guardias procedieron a hacerles la respiración artificial»

25

.

Los de Asalto, entre otras enseñanzas recibían las de practicar los

primeros auxilios en caso de necesidad. Existía en los servicios médi-

25

Luz del día

, 23 de julio de 1934, p. 7.