CIENCIA
POLICIAL
118
cos de las Compañías de Asalto una «Guía de urgencia», creada por el
farmacéutico valenciano D. A. Gámir. Se trataba de un folleto de 107
páginas. Pequeño y utilísimo resumen sobre diagnóstico de las afec-
ciones más frecuentes y, a su vez, recopilaba instrucciones sobre los
primeros auxilios. Estaba destinado a los médicos recién salidos de las
aulas, se podía llevar fácilmente en el bolsillo para consultarlo.
Se procedió a la filiación de todos los que salieron. Algunos obreros
fueron llevados a la casa de socorro del Hospicio, para ser atendidos
por
debilidad general y síntomas de intoxicación
, un obrero fue asistido
por contusiones leves en la nariz al tropezar con un madero buscando
la salida del pozo; y solo uno de ellos fue detenido, por desacato a la
autoridad y conducido a la comisaría.
Las huelgas estaban a la orden del día en aquella época, conflictos
entre obreros y patronos, y huelgas generales que fueron seguidas con
distinta intensidad. El nexo común en todos estos problemas lo consti-
tuían las Fuerzas del Orden, las encargadas, como en la actualidad, de
que la vida de las ciudades siguiera con cierta normalidad, protegiendo
los derechos, por un lado, de los huelguistas, y por otro, de aquellos
que no se querían adherir a tal situación, a la vez que bregaban con las
alteraciones del orden cuando la situación se volvía violenta, lo que era
bastante habitual.
Ese mismo mes de julio se dictó una orden, concediendo autoriza-
ción para que los individuos del cuerpo de Seguridad pudieran portar,
cuando vistieran de paisano y en horas francas de servicio, la pistola
reglamentaria que tenían asignada. Aunque ya era práctica habitual
entre los policías de la época, en ese momento se institucionalizó y
se permitió oficialmente. La resolución se basaba en la posibilidad
de que los Policías fueran reconocidos por
maleantes y extremistas
,
quienes aprovechaban que muchos de ellos debían vivir en barrios del
extrarradio de las ciudades, ya que el sueldo no les daba para más, «les
hacen objeto de agresiones, como lo comprueban los repetidos casos
en que dichos atentados se producen. Además, con esta licencia, se
pretendía mejorar la seguridad pública con el auxilio eficacísimo que
los mencionados individuos del Cuerpo de Seguridad podrían prestar a
los ciudadanos en todo momento, aun yendo de paisano, si fuesen pro-
vistos de su pistola reglamentaria». Por todo ello el Ministerio autorizó
a los miembros del cuerpo de Seguridad a portar su pistola reglamen-