CIENCIA
POLICIAL
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los conejos. Esos chulos de burdel, señoritos prostituidos,
vagos de profesión, lacrados con los vicios de la más baja
estofa del lumpen-proletariado, seres sin hombría, capaces
de asesinar a su padre por un plato de lentejas, rendirán
estrecha cuenta de sus crímenes ante las juventudes socia-
listas el día de la revolución proletaria»
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.
Si a lo anterior unimos el agitar constante de la bandera de la rebel-
día juvenil, estimulándola para que realizaran acciones violentas, con
las Fuerzas de Asalto en su punto de mira:
«La revolución proletaria significa la destrucción total
de las Fuerzas de Asalto. No la eliminación de jefes y sol-
dados sospechosos, sino la destrucción total, el aniquila-
miento y la aplicación de tribunales populares a todos los
individuos del Cuerpo, […] Estamos seguros de que, antes
y después, los jóvenes socialistas, con entusiasmo, estarán
dispuestos a darles cumplimiento
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.
Todo joven socialista debe de ser un agente que fomente
la insurrección en los cuarteles y en los cuerpos represivos
del Estado. Al hermano, al pariente, al amigo, comprome-
terle y catequizarle por todos los medios hablados o escri-
tos. La fuerza armada es menester que aporte su energía a
la insurrección»
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.
Podría considerarse como consecuencia de toda esa campaña contra
las Fuerzas de Seguridad, personalizada en los de Asalto, la cobarde
y alevosa agresión que sufrió la esposa, embarazada, de uno de estos
defensores de la ley. Ese mismo día de la huelga general, con conoci-
miento de que el guardia de asalto no estaría en su domicilio, un nu-
trido grupo de hombres y mujeres, cerca de 200, allanaron su casa con
su esposa encinta y un niño de ocho años
, hijo del matrimonio, dentro.
Causaron grandes destrozos en el hogar y golpearon violentamente
a la mujer y al niño, hasta tal punto, que la embarazada tuvo que ser
hospitalizada en el sanatorio de San José, lugar en el que fue visitada
31 Semanario
Renovación
, día 14 de septiembre de 1934, n.º 147, primera página.
32
Ídem
p. 4.
33 Semanario
Renovación
, 17 de febrero de 1934, p. 2.