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Los guardias de asalto bajo el liderazgo de Muñoz Grandes

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por el ministro de Gobernación, Rafael Salazar Alonso, quien además

le entregó un donativo y se comprometió a que la Dirección de Seguri-

dad costeara la asistencia hospitalaria.

La labor de la Policía, en concreto de los de Asalto, en aquella épo-

ca, al igual que en ciertos acontecimientos recientes vividos en nues-

tro país, resultaba bastante penosa, en el sentido de que el servicio

continuaba inalterablemente. Al día siguiente de cualquier alteración

del orden público, nuevamente servicio normal. Situación que llegó a

convertirse en algo demasiado habitual, la violencia callejera aumentó

considerablemente, se preparaba el caldo de cultivo para el fratricidio

enfrentamiento.

6.3

Desde octubre hasta diciembre de 1934

Mención especial merecen los acontecimientos de la trágica

revolución de octubre de 1934. A primeros de ese mes tuvo lugar en

gran parte de España una insurrección, la más conocida la desarro-

llada en Asturias. Con distintos conatos en los que comenzó y fueron

aplacados por las Fuerzas de Seguridad, con muchas y muy activas in-

tervenciones de los de Asalto en municipios como Zaragoza, Barcelona,

Tarragona, Málaga, Logroño, Bilbao, San Sebastián…

En Madrid también hubo núcleos, sin la gran fuerza y catástrofe

que llegaron a suponer los de Asturias, precisamente por el control de

los cuerpos de Guardias de Asalto, la Policía en general y el apoyo de

la Guardia Civil y, en menor medida, del Ejército. Debieron emplear-

se a fondo para poder salvaguardar la sociedad del momento, fue un

verdadero intento de golpe de Estado lo vivido en ese mes en España.

Muñoz Grandes no llegó a participar en la sublevación de Asturias,

como erróneamente se le ha atribuido en alguna ocasión. Estuvo al

tanto de los acontecimientos gracias a la extensa memoria que sus

subordinados le enviaban.

Se conserva el texto de la carta del jefe de las Fuerzas de Asalto, «al

heroico» comandante de Asalto Carlos Silva y amigo íntimo. Se repro-

duce literalmente por su gran interés: