CIENCIA
POLICIAL
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Conclusiones
El desarrollo de las nuevas tecnologías en los últimos años ha
sido absolutamente imparable. Los incesantes progresos tecnológicos y
mejoras técnicas en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC), especialmente desde la aparición de Internet, han
traído nuevas formas de comunicación –correo electrónico, telefonía
móvil, redes sociales, etc– y con ello nuevas técnicas delincuenciales,
así como nuevos métodos de investigación.
Resultan innegables los múltiples beneficios que estos instrumentos
aportan a la vida de los ciudadanos, incluso estas herramientas han
llegado al punto de ser insustituibles. Sin embargo, el potencial dañino
existente en la otra cara de la moneda también resulta incuestiona-
ble. Con las tecnologías no solo han aparecido nuevos tipos delictivos
recogidos en el Código Penal, sino que la persecución, investigación y
descubrimiento de los mismos puede resultar una labor imposible si
no se dispone de un marco legal que ampare y controle las técnicas de
investigación al poder del Estado y por extensión de la Policía Judicial.
Por consiguiente, a lo largo de este ensayo se ha profundizado en el
campo concreto de los datos de tráfico, los cuales, tal y como reflejaba
el caso del representante político alemán Malte Spitz, pueden ofrecer
una serie de información sobre las personas más profunda y completa
que la que pueda dar la conversación en sí misma. Si bien es cierto
que, dentro de todo este tipo de datos es posible establecer ciertas di-
ferenciaciones, pues no todos injieren con la misma graduación en la
vida privada de las personas.
Se trata de un área donde entran en juego, de un lado, los derechos
fundamentales, concretamente el derecho a la intimidad y el derecho
al secreto de las comunicaciones, y de otro, el Derecho procesal-penal
en el ámbito de las investigaciones policiales.
Pues bien, el incesante avance de las tecnologías no hace sino ge-
nerar la aparición de nuevas cuestiones a las que se debe dar una res-
puesta contundente; en interés de no originar confusión a la hora de
actuar en una esfera tan trascendental.