La desinformación como arma de guerra
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La comunicación a través de las RR. SS. incluye a personas de todas
las edades, etnias y geografías. Este desarrollo engloba prácticamente
a todos los usuarios en línea. El sorprendente auge de sitios web y
espacios virtuales de comunicación ha revolucionado la forma en la
que las personas se comunican e interactúan con amigos, familiares y
colegas en contextos públicos y privados, así como también la partici-
pación en la vida pública y política (Munk y Ahmad, 2022).
En el comienzo de la guerra de Ucrania de 2022 con la invasión
rusa, las RR. SS. y medios informativos empezaron a difundir diversos
aspectos concernientes a la contienda. Esto no duró por mucho tiem-
po en la FdR, imponiéndose limitaciones que únicamente consentían
el acceso a la población a la información de origen gubernamental.
Rusia adoptó medidas disuasorias al respecto, consistentes en la inte-
rrupción del uso de Meta y la promulgación de leyes que consideraban
penas de entre 10 - 15 años de cárcel a quien desmintiera o pusiera en
duda las informaciones oficiales del Estado (Pedregosa, 2022).
El uso de las RR. SS. en Rusia ha sido controvertido tras el inicio
de la invasión de Ucrania. Autores como Mena concretan el bloqueo
de Facebook y Twitter,
recalcando las penas de prisión (mencionadas
en párrafo anterior) por la difusión de noticias falsas, según consi-
deración del Gobierno de Moscú. Esto provocó que plataformas como
Netflix y TikTok suspendieran su servicio en la FdR. Antes de estas
decisiones, el uso de las RR. SS. en Rusia, por parte de sus ciudadanos,
incluía plataformas nacionales y de EE. UU. como las ya mencionadas
Facebook o Twitter (Mena, 2022).
Tanto la FdR como Ucrania, están utilizando las RR. SS. como una
forma más de hacer propaganda en la contienda.
Influencers
ucrania-
nos han llegado a cambiar el contenido de su perfil, enfocándolo en el
conflicto. Civiles y militares cuelgan contenido multimedia en las dis-
tintas plataformas sobre lo que está ocurriendo, casi en directo. «Así
como las imágenes y vídeos se intercambian con tanta facilidad, más
fácil resulta aún la manipulación» (Pedregosa, 2022: 18).
Un antecedente reciente del uso de las plataformas digitales, lo
encontramos durante la pandemia del COVID-19 y la expansión viral
de desinformación transmitidas a través de RR. SS. como
Facebook,