CIENCIA
POLICIAL
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puede darse un estado de pánico; y si las pulsaciones aumentan hasta
200ppm el agente podría tener pérdidas de memoria.
Cuando un agente se encuentra ante una determinada situación, co-
mienza una serie de procesos cognitivos, lo que en el ámbito policial se
conoce como el ciclo OODA. Este ciclo representa las fases cognitivas
que experimenta el agente para analizar la situación: la observación, la
orientación, la decisión y la acción (D. García, 2012). Esto significa que
cuando un agente llega a una intervención lo primero que debe hacer
es observar qué es lo que está sucediendo, tras lo cual debe analizar
el contexto que le rodea (amenazas, víctimas, espacios de actuación,
posibles vías de escape, etc.) y tomar una decisión sobre cuál es la
forma de actuar más acorde y proporcional a la situación. Además,
este mismo autor indica que durante la realización de este análisis, el
agente puede experimentar diferentes niveles de activación en función
de cómo de peligrosa o compleja perciba la situación, así como los te-
mores o pronósticos realizados.
Como ya indicó T. García (2015), las investigaciones empíricas sobre
la Policía en España son muy escasas. Sin embargo, Castillo (2017),
L.R. Ruiz (2014) y S. Ruiz y Mainar (2016) enfatizan la importancia
de fomentar la investigación sobre la formación y la aplicación de la
fuerza policial, para que las técnicas y tácticas se ajusten a la realidad,
sean proporcionales en su aplicación práctica y tengan una perspectiva
multidisciplinar.
Todo ello pone de manifiesto la necesidad de investigar más sobre la
formación de los agentes de la autoridad. Por lo que en este estudio se
propone una formación interdisciplinar de conocimientos en defensa
personal policial, entrenamiento operativo y conocimientos en técnicas
psicológicas, la cual se basa en el aprendizaje procedimental. Como in-
dican Magallón y Narbona (2009), este tipo de aprendizaje se adquiere
de forma gradual e inconsciente, y tiene como objetivo la automatiza-
ción de una serie de procedimientos (o movimientos) para reducir los
recursos cognitivos y poder atender más estímulos. La formación parte
de la idea de que, si los agentes automatizan los movimientos de de-
fensa personal policial, estrategias operativas y algunas técnicas para
controlar el nivel de activación, podrán desempeñar su labor policial
con mayor fluidez y eficacia.