Estrés operativo policial
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Hans Selye (1973), pionero en el estudio del estrés, afirmó que el
estrés era «una respuesta inespecífica del cuerpo ante cualquier de-
manda que se le haga» (p. 692) para poder adaptarnos a cualquier
amenaza o cambio, siendo este estrés algo inevitable. Sin embargo,
como señala D. García (2012) no todos los niveles de estrés son ne-
gativos, ya que existe un estrés positivo denominado eustrés, que te
prepara para la acción, y un estrés negativo llamado distrés, que puede
derivar en una respuesta de huida.
S. Ruiz y Mainar (2016) indican que, aunque a los policías se le exi-
ja un mayor control debido a su labor, este estrés les puede provocar
reacciones neurológicas y bioquímicas en el sistema nervioso central
que pueden llegar a alterar su control consciente y voluntario de las
acciones, al igual que a cualquier persona.
Además, en determinadas ocasiones, el estrés puede desencadenar
un tipo de respuesta conocida como ansiedad, la cual es definida por
Lois (2014) como:
«Una respuesta emocional ante una situación subjeti-
vamente aversiva y un modelo de evitación, caracterizado
por la preocupación y aprensión ante la posibilidad de un
daño físico o psicológico, en todo caso acompañado de un
incremento de la activación fisiológica como resultado de
la evaluación de la amenaza (p. 24)».
Es decir, la ansiedad se puede considerar una consecuencia del es-
trés (Espejo, 2015), y Hardy
et al.,
(1996, citados en Humara, 1999)
especifican que la ansiedad comienza cuando la persona no sabe cómo
reaccionar y afrontar el estrés que experimenta.
D. García (2012) afirma que el aumento de pulsaciones cardiacas es
un síntoma del estrés y establece diferentes fases o rangos. Entre 115
y 145 pulsaciones por minuto (ppm) el agente se encontraría en un
estado de eustrés, es decir, posee las condiciones óptimas para actuar;
las pulsaciones comprendidas entre 145 y 175 ppm hacen que el agente
comience a perder facultades, dando lugar a distorsiones en la habi-
lidad motora, cognitiva y auditiva; si las pulsaciones aumentan a 175
ppm o más se produce el
efecto túnel
(pérdida de la visión periférica) y