CIENCIA
POLICIAL
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solicitudes sobre este particular, y enviará también otros
elementos que de él he solicitado»
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.
La razón de estas palabras era el grave problema de orden público
existente en Barcelona y la manera en la que se pretendía solucio-
narlo. Estaban convencidos de que el temor que desde hacía tiempo
pesaba sobre los ciudadanos de Barcelona desaparecería para siempre
y se garantizaría «en absoluto a la ciudad que quedaría inmune de
atentados, atracos y toda esa gama de criminalidad»
con esta llegada
masiva de guardias de asalto, procedentes de varias partes de España,
principalmente de Madrid. Debe reseñarse que Barcelona seguía en
estado de excepción, debido a los sucesos revolucionarios de octubre
de 1934, por los que se le suspendió la autonomía y se devolvió al Es-
tado la competencia en todo lo referente a Orden Público, así como del
personal encargado de este.
«Toda esta fuerza, siguió diciendo el Sr. Pórtela, pres-
tará servicio en la calle. No se quedará en los cuarteles ni
será dedicada a salvaguardar a personas determinadas ni
intereses determinados, sino a defender a todos los ciuda-
danos, puesto que a ello tienen derecho todos por igual. Y
nada más. La ampliación de estas noticias les será facilita-
da por el jefe superior de Policía»
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.
Se tiene noticia de que desde la alcaldía de la ciudad se estaban pre-
parando unos locales en Montjuich para el alojamiento de ocho com-
pañías de Asalto, así como edificios pertenecientes a la Generalidad.
El día 12, el periódico
La Época
en su página 2 da la noticia de la lle-
gada a Barcelona, como ya se había anunciado con anterioridad, de 325
guardias de asalto provenientes de Madrid, destinados a la plantilla de
Barcelona, que, junto con los que tendrían que ir llegando con poste-
rioridad de diversas localidades de España, completarían el número
de 1 200, con los cuales se formaron tres grupos, cada uno de ellos
dedicado a una especialidad. También se daba cuenta de la llegada de
varios oficiales que fueron los encargados de mandar esas fuerzas.
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El Sol
, día 2 de febrero de 1935, p. 8.
47
Ídem
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