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Los guardias de asalto bajo el liderazgo de Muñoz Grandes

143

curados, quedaron hospitalizados en la Clínica de reeducación de dicho

establecimiento

44

.

Esta noticia nos aporta que los Guardias de Asalto utilizaban las

motos con sidecar, vehículos que fueron introducidos en la Policía de

España en 1922, y que en julio de 1933 se aumentó su parque con nue-

vos modelos, probablemente de la misma marca que las primeras, Har-

ley Davidson. Fue recogido por la revista

Mundo Gráfico

en su número

de 5 de julio de 1933, siendo las primeras motos provistas de aparato

receptor de radio, muy útiles y utilizadas como medios de enlace entre

los distintos camiones y grupos de los de Asalto. En las motos sidecar

iban el conductor y un suboficial encargado de transmitir las órde-

nes. Durante estos años se encuentran fotografías en los diarios en las

que se aprecia la utilización de estos sidecares tanto por parte de los

guardias de seguridad, como por los guardias de asalto. Además, los

conductores motoristas iban provistos de un rifle, con su consiguiente

funda portadora en la moto.

Si bien ya ha quedado demostrado que Muñoz Grandes no estuvo

sobre el terreno, dirigiendo a sus hombres en la revolución de Asturias,

esta tiene una gran importancia en la vida de los de Asalto, debido al

derramamiento de sangre de sus heridos y muertos, y la posterior con-

secuencia de recibir el honor, por primera vez en la Policía, del uso de

la bandera nacional, en aquel momento la tricolor republicana.

El año 1934 fue el año más revolucionario en nuestro país. El comu-

nismo, anarquismo, nacionalismo, extremismo tanto por la izquierda

como por la derecha, eran los principales elementos subversivos que

pretendían desestabilizar la nación y, para evitarlos, se encontraban

las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, encabezadas por los Guardias de

Asalto.

6.4

Desde enero hasta mayo de 1935

Mostramos acto seguido una curiosidad que viene a corro-

borar la gran simpatía y popularidad de la que gozaban los de Asalto.

Se trata de la carta que un niño, llamado Antoñito del Rio, escribió a

los Reyes Magos:

44 Publicado en los periódicos

Ahora, El Heraldo de Madrid

y

La Libertad

, el 14 de julio de 1934.