Los guardias de asalto bajo el liderazgo de Muñoz Grandes
101
fórmula:
Prometo por mi honor servir bien y fielmente a la República,
obedecer sus leyes y defenderla con las armas
.
En febrero de 1932, después de haber prestado servicio en Marrue-
cos, pasó a la situación de disponible en Guadalajara, donde se incor-
poró a la Caja de Reclutas n.º 3 de Toledo, puesto en el que perma-
neció, bastante olvidado, cerca de un año y medio, en parte debido a
una fuerte dolencia por cálculos en el riñón, de la que fue operado,
manteniéndolo hospitalizado entre los meses de junio y julio.
En septiembre de 1933 se formó el primer Gobierno de Lerroux,
unos días después, el 23 de septiembre Muñoz Grandes fue nombra-
do jefe de los Guardias de Asalto, en sustitución del también teniente
coronel Ángel Sánchez Casas. Poco más de un año y medio después, el
Boletín Oficial de la Dirección General de Seguridad del día 18 de mayo
de 1935, con fecha de 17, establecía la baja en el cuerpo de Asalto del
teniente coronel Agustín Muñoz Grandes, nombrando en su lugar al mi-
litar de igual rango Rafael Fernández López. Probablemente la falta de
sintonía con el nuevo Gobierno, formado también por Lerroux, fue la
causa de tal cambio en la Jefatura de los de Asalto, debido, como vere-
mos posteriormente, a que el carisma entre sus hombres y la fidelidad
a ultranza que estos le profesaban, junto a rumores de su simpatía con
conspiradores, le convertían en un potencial peligro para ciertos sec-
tores. Además de su malestar por no aceptar sus propuestas para re-
formar el cuerpo de Seguridad, de la que hablaremos posteriormente.
A parte de las menciones que se encuentran en la prensa sobre su
nombramiento, tenemos su hoja de servicios, en la que consta que el
23 de septiembre de 1933 fue destinado a servicio de otros ministe-
rios. El 25 de ese mes, su amigo íntimo Juan Yagüe le escribió desde
Marruecos para darle la enhorabuena, según recoge Togores (2007):
«Mi querido amigo: en esta santa ciudad en la que estoy
destacado me acabo de enterar de tu nombramiento para
mandar los Guardias de Asalto.
[…] no quiero que pase esta ocasión sin felicitarte como
español, como militar y como amigo y admirador tuyo […]»
(p. 104).