CIENCIA
POLICIAL
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miento cese, infundiendo coraje y ánimo. Antes de poner fin a la
comunicación, siguiendo lo estipulado en el documento publicado
por la Organización Mundial de la Salud (2009), bajo el título
Prevención del Suicido: un instrumento para policías, bomberos
y otros socorristas de primera línea
(World Health Organization,
2009), se ha de conocer la situación en la que queda la persona
asistida y, preferentemente, se ha de intentar que quede acom-
pañada y facilitar una vía de contacto por si vuelve la ideación
suicida. Es preciso insistir en que reciba atención especializada
y, si se considera necesario, se comisionará una patrulla policial.
B. CONTACTO INDIRECTO A TRAVÉS DEL ENTORNO DE LA PER-
SONA QUE REALIZA LA PUBLICACIÓN DE VOLUNTAD SUICI-
DA: en casos con menores de menores de edad, normalmente
prima contactar con sus progenitores, salvo que la información
previamente recopilada lo desaconseje. En adultos se trata con
terceros cuando resulta imposible el contacto directo con la per-
sona en riesgo. Lo más habitual es que la comunicación se pro-
duzca por vía telefónica, tratando de conocer en primer término
si el interlocutor se encuentra junto a la persona en riesgo o tie-
ne rápido acceso a la misma o cuándo tuvo trato por última vez y
si está en disposición de contactar en ese momento. En este caso,
las preguntas a realizar serán principalmente cerradas, ya que
el principal objetivo será adquirir nuevos datos, como si existen
tentativas previas, alteraciones o problemas de salud mental,
así como si recientemente ha tenido lugar algún acontecimiento
traumático o estresante.
Existen señales que ponen de manifiesto la posibilidad de que
el riesgo sea inminente, tales como si la persona asistida realiza
comentarios negativos sobre sí misma, el futuro, la vida, a los que
se sumen otros positivos sobre el suicidio o la muerte; si se han
producido despedidas verbales repentinas, regalos de objetos per-
sonales, cierre de asuntos pendientes o preparación de documen-
tos; si se han apreciado cambios súbitos en el estado de ánimo,
tanto a peor como a mejor, dado que en este último caso pueden
denotar un consuelo derivado de haber encontrado una solución a
su sufrimiento; si se considera que la persona tiene un estado de
ánimo depresivo o baja autoestima o si se aprecia que tenga falta
de apetito, insomnio, falta de interés, aislamiento o se muestra
ausente; por último, se consultará si existen adicciones conocidas.