El polimorfismo gráfico. El valor identificador de los habitualismos gráficos
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Introducción
En numerosas ocasiones a lo largo de mi carrera profesional,
he visto peritajes de manuscritos que basaban sus conclusiones, fun-
damentalmente, en la semejanza o disparidad en la forma de letras
aisladas. Según mi criterio esta forma de actuar constituye un riesgo
muy grave a la hora de validar las conclusiones. Esto es así porque las
letras aisladas, si no tienen unas características peculiares, como es
el caso de los gestos-tipo, no constituyen un elemento discriminador
con validez suficiente, ya que su morfología y su trazado convencio-
nal, hacen que su realización esté al alcance de cualquier persona y
que, por tanto, no sea posible atribuir su realización a una persona en
concreto.
Los habitualismos gráficos o gestos-tipo, al contrario, debido a
su origen inconsciente y a su ejecución prácticamente automática,
impregnan todos los escritos de una persona y permiten su identi-
ficación.
Este artículo pretende llamar la atención sobre los riesgos del uso
exclusivo del método morfológico. Proponemos, en su lugar, utilizar
aquellos gestos-tipo que sean peculiares y exclusivos de una persona
determinada, que, unidos a los demás elementos gráficos (presión, co-
hesión, dimensiones, angulosidad etc.) nos permitan tener una imagen
fiable y completa del estilo gráfico de su autor.
Asimismo, queremos prevenir sobre casos en los que los cotejos han
detectado numerosas diferencias entre firmas, lo que nos inclinaría a
considerar falsa la firma dubitada, porque puede tratarse de un poli-
morfismo y no una falsificación.
Si las firmas a cotejar tienen un trazado espontaneo, rápido y deci-
dido, sin los signos clásicos de la imitación, deberemos sospechar que
ambas firmas pudieron ser hechas por la misma persona, ya que no
parece lógico que, en caso de imitación, la firma imitada no se parezca
a la auténtica.