El polimorfismo gráfico. El valor identificador de los habitualismos gráficos
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la motilidad de los miembros superiores. El área que gobierna la es-
critura es la zona de Exner, que forma parte del área 6 de Brodman.
(Neuropsicología. J. Peña Casanova. Ed. Toray. Barcelona).
Esta pretensión localista fue rechazada por algunos fisiólogos. En la
actualidad se considera que la escritura no reside en un centro único,
sino que, por el contrario, el centro gráfico ocuparía toda la superficie
cerebral motora y en cuya ejecución intervendrían distintas instancias
cerebrales.
El gesto gráfico, y seguimos a Serratrice y Habib, es un movimien-
to muy diferenciado. El comienzo es el mensaje nacido en las áreas
asociativas parietales que depende sobre todo de las áreas motoras
suplementarias derecha e izquierda, responsables de la intención del
movimiento. La corteza frontal premotora, por una parte, estabiliza
los músculos de la raíz de la extremidad superior para permitir la
sujeción de un útil escritor, y por otra organiza la armonía del movi-
miento.
La programación del movimiento se produce según una serie de
circuitos complejos que pasan por el tálamo y llegan hasta la corteza
motora. Parte de estos circuitos solicitan información sobre la dura-
ción del movimiento al cerebelo. Otros solicitan información sobre la
intensidad de la activación muscular a los núcleos grises centrales. La
corteza recibe constantemente información del estado de ejecución
del gesto gracias a las aferencias procedentes de los músculos mien-
tras que un control visual evita y corrige secundariamente los posibles
errores.
En conjunto, la realización concreta del gesto gráfico se efectúa
esencialmente mediante la actividad del cerebro frontal como pro-
gramador, a la que contribuyen los núcleos grises centrales y el ce-
rebelo.
La escritura, es una actividad tan compleja que implica muchas
áreas cerebrales. Las últimas investigaciones citadas por Fernando
Cuetos en su libro “Psicología de la Escritura” demuestran que la pro-
gramación motora de la escritura es producida por la activación en el
surco intraparietal izquierdo. (Menon y Desmond 2001).