CIENCIA
POLICIAL
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nas o chats de influencers (personas que tienen una alto número de
seguidores en las redes que acceden a todo lo que se publica).
Uno de esos ámbitos en los que urge un nuevo planteamiento de
los planes estratégicos de futuro lo encontramos en la educación. Se
entiende y se es osado al establecer que se deben implantar planes de
estudios que orienten a la nuevas juventudes no al seguimiento ha-
bitual de corrientes políticas rebeldes contra el sistema (muy propio
de la edad) ni a lecturas adoctrinadas y sesgadas de la historia. Apre-
mia la necesidad de implantación de planes educativos que incluyan
herramientas ideales para capacitar al individuo para cuestionar las
opiniones o interpretaciones y que le enseñen a identificar y docu-
mentarse en publicaciones o medios de reconocido prestigio por la
imparcialidad de sus publicaciones y noticias, que les faculten para
saber filtrar opiniones o sesgos ideológicos, evaluar la pulcritud de
una noticia, reconocer y diferenciar la simple información o relato de
unos hechos, de las opiniones e interpretaciones en que las convier-
ten quienes con algún espurio interés las distorsionan o manipulan.
Otro aspecto que precisa intervención adecuada creemos que pue-
den ser los propios medios que publican la noticia o incluso las redes
sociales. Un código deontológico profesional y su cumplimiento bas-
taría para que sean estos propios medios los que en defensa y cum-
plimiento de esos códigos se obligaran a identificar, incluso en sus
propias publicaciones, lo que es mera información y lo que se trata de
opiniones o apreciaciones sobre una información o noticia. Es preciso
volver a programas informativos donde tan solo se presente la noti-
cia, que no se interprete en uno ni en otro sentido.
En cuanto a las televisiones soportadas con fondos públicos (un nú-
mero abultado si se tienen en cuenta las cadenas autonómicas), sufra-
gadas todas vía impuestos de la sociedad soberana de un país, enten-
demos deben dedicar una gran parte de su programación a redirigir el
beneficio a la sociedad, y qué mejor forma que mostrar y hacer com-
prender a los consumidores televisivos la incuestionable diferencia en-
tre noticia y opinión, con programación que ataque de raíz la desinfor-
mación, los bulos y rumores, categorizándolos y señalándolos como lo
que son: un modo actual y moderno de manipular la voluntad de masas
y del pensamiento individual que tiene por objeto polarizar opiniones
con finalidades peligrosas. Deben mostrar que los generadores de bu-