Los guardias de asalto bajo el liderazgo de Muñoz Grandes
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El tema de los Guardias de Asalto y su relación con la sociedad re-
publicana no ha sido tratado de forma monográfica, y menos aún el
periodo concreto en el que estuvo bajo el mando de Muñoz Grandes.
Sin embargo, este tema acapara una significativa importancia debido a
que los de Asalto, como miembros de la Policía, fueron parte integran-
te del sistema político de la Segunda República, quienes colaboraron
a su mantenimiento realizando su conocido cometido de defensa de
los derechos individuales y colectivos de garante de la paz social. En
conclusión, la institución debía obligar al ciudadano de a pie a que
cumpliera con las leyes establecidas bajo una clara mentalidad profe-
sional de espíritu de Cuerpo.
Dado que hay pocos estudios académicos sobre su existencia, es
importante mencionar que ninguno de ellos ha analizado detallada-
mente sus acciones. Además, existe mucha desinformación tanto sobre
su historia en general como específicamente sobre el papel de Muñoz
Grandes, quien estuvo bajo su mando pero no fue su creador, como
erróneamente se ha presentado históricamente.
En la actualidad son múltiples las ocasiones en las que surge su
nombre y se les identifica como una Policía distinta al cuerpo de Se-
guridad o como soldados de la Guerra Civil. Ciertamente, fueron una
fuerza de gran importancia en momentos de nuestra historia que po-
demos considerar muy críticos y complicados. Momentos que no son
tan lejanos y que bien analizados nos ayudarían a entender mejor la
actualidad, principalmente la social y la policial. Los Guardias de Asal-
to supieron estar cerca del pueblo y ganarse su simpatía, confianza y,
lo que es más difícil, su respeto.
Tanto los valores como la dedicación a la sociedad por parte de la
Policía constituyen dos aspectos indispensables y que han servido para
cohesionar esos dos mundos tan necesarios el uno para el otro. Hoy en
día se viven momentos de una gran diversidad de ideologías en el con-
texto sociopolítico, así como una gran exaltación en nuestras calles, lo
que hace que los encargados de la protección del libre ejercicio de los
derechos y libertades, así como de garantizar la seguridad ciudadana,
se vean compelidos a llevar a cabo un mayor número de intervencio-
nes. En este sentido, se comienza a ver cierta fractura social, por lo
que aún lejos de contemplar que en principio pueda desembocar en
algo de extrema gravedad, pues la sociedad de hoy en día se encuentra