Atención policial a los anuncios de voluntad suicida en Internet
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Solo lo hace para llamar la atención:
este tipo de conductas suelen
reflejar una falta de recursos para gestionar situaciones, pedir
ayuda o manejar estados de frustración e impulsos. Jiménez Pie-
tropaolo (2022) indica que, sin aceptar manipulaciones ni ac-
ceder a chantajes, los anuncios de voluntad suicida han de ser
tratados inicialmente como reales, ya que la incredulidad puede
producir un trágico aumento de la conducta con el objeto de mos-
trar que el fin pretendido es veraz.
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El suicidio es un acto impulsivo que se materializa en un momento
de arrebato:
estos casos son poco frecuentes, resulta más común
que los propios familiares se sientan culpables por no haber sa-
bido interpretar señales que con retrospectiva parecen evidentes.
Existen gran número de indicios que pueden alertar del riesgo,
como por ejemplo los ofrecidos por el Instituto Nacional de Salud
Mental de los Estados Unidos de América (National Institute of
Mental Health, 2022): «hablar de la muerte de forma sugesti-
va, manifestar sentirse vacío o desesperado, expresar ausencia
de motivos para continuar viviendo, sentirse atrapado y pensar
que no hay solución, reflejar ira y deseo de venganza, apreciarse
como una carga para los demás, sentirse culpable o avergonzado,
autoaislarse socialmente, despedirse efusivamente, desprender-
se o regalar posesiones, actualizar trámites burocráticos o ad-
ministrativos, padecer un dolor físico o emocional insoportable,
adoptar conductas negligentes, peligrosas o autodestructivas, co-
menzar o incrementar el consumo de drogas o alcohol, mostrar
agitación, nerviosismo o cambios extremos de estado de ánimo,
cambiar hábitos de sueño, higiene o alimentación, , planificar el
suicidio y buscar formas de materializarlo».
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El que se suicida es porque sufre un trastorno mental:
el desvarío
puede formar parte de la causa y constituir un importante fac-
tor de riesgo, llegando a multiplicar por veinte el peligro en los
supuestos de depresión profunda, pero la autólisis,
per se
, no es
una patología y, por tanto, resulta erróneo equiparar a los suici-
das con enfermos mentales sin valorar o atender otras cuestiones
subyacentes.
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El que se suicida es un valiente/cobarde:
resulta excesivamente
reduccionista delimitar un fenómeno tan complejo a un simple