CIENCIA
POLICIAL
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sable para otras tecnologías como la lectura laser de códigos de barras.
Esta identificación se realiza mediante la incorporación de un transpon-
dedor al objeto (“tag” o etiqueta), el cual transmite los datos que con-
tiene cuando detecta que está siendo interrogado por un lector RFID.
Los microchips tienen una gran capacidad de almacenamiento de
datos, y permiten guardar más información que las etiquetas de código
de barras, además son más difíciles de duplicar y permiten realizar su
lectura de una forma instantánea, a distancia y sin necesidad de línea
de visión ni contacto directo.
La tecnología RFID permite identificar y transmitir la información so-
bre un objeto, a través de ondas de radiofrecuencia; para esto se necesita:
· Una etiqueta RFID (RF-tag), la cual permitirá almacenar, transmitir
o identificar esos datos
· Un lector (transceiver) para leer esos datos y una antena que iden-
tificará la etiqueta y leerá a distancia el contenido de la etiqueta
inteligente pegada al objeto
· Además, dependiendo del tamaño del almacén, también se podrían
instalar arcos de lectura o portales RFID.
Su funcionamiento consiste en que al pasar la mercancía por la zona
donde esté instalado el sistema, la antena detecta la etiqueta inteligen-
te (en una distancia entre los 10 cm y 10 m) y emite una señal al lector,
que es quien valida la información contenida en la etiqueta. El lector, a
su vez, envía la información al ordenador al que esté conectado, donde
se actualizan los datos al momento en una base de datos y de forma
completamente segura.
Aunque la aplicación natural de esta tecnología sea dentro de la ca-
dena de producción y distribución, aparecen nuevas utilidades y opor-
tunidades de negocio de esta tecnología de identificación en distintos
sectores de actividad como:
· Control de accesos: peajes, aparcamientos, acceso a edificios e ins-
talaciones.
· Sistemas de prepago en medios de transporte.