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CIENCIA

POLICIAL

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Cuestión segunda. Elegir una vía de infección

Supongamos que el delincuente utiliza un

smartphone

mar-

ca Samsung, modelo 7S, con sistema operativo Android. El dispositi-

vo también está

rooteado,

hecho del que se tiene constancia tras una

ardua tarea policial. Como ya se ha comentado, antes de proceder a

la infección del terminal, se deberá informar y solicitar a la autori-

dad judicial la autorización para proceder a la diligencia. Es necesario

mantener una comunicación fluida con las autoridades judiciales in-

formando de la dificultad técnica y operativa de esta diligencia, y bajo

el riesgo de que, por parte de los investigados, se deseche el terminal.

Aquí es muy importante actuar con celeridad, trasladando la inmedia-

tez de la adopción de la medida al órgano instructor.

El siguiente paso es pensar en la vía utilizada para asegurarse de

que el dispositivo objetivo infectado es el correcto. Imaginemos que la

vía de infección elegida es el

email

. ¿Y si el investigado decide abrir el

email

desde el Pc de su domicilio o, directamente, no presta atención

al mismo y no procede a su apertura desde el

smartphone

objetivo?

Si queremos llegar al terminal deseado, habría que pensar en po-

sibles vías de infección que aseguren la misma a través del enlace

enviado y se ejecute el

exploit

.

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Cuestión tercera. Control del acceso remoto

Las aplicaciones diseñadas para remitir información de un

dispositivo infectado son complejas. Es técnicamente imposible ver la

información tal y como lo hacemos directamente en el propio dispo-

sitivo del investigado. Puede ocurrir que el troyano no esté diseñado

para monitorizar cualquier

app

o proceso instalado en el terminal del

criminal ¿Y si no reconoce la aplicación Signal? Hablamos de aplica-

ciones comerciales altamente extendidas en su uso, pero en el caso,

por ejemplo, del mercado oriental, chino o ruso, existen cientos de

ellas para usos similares que ni siquiera somos capaces de saber pro-

nunciar.