CIENCIA
POLICIAL
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rápidamente, se emitió un vídeo en un canal de televisión favorable
a los intereses rusos que fue ampliamente difundido en las redes so-
ciales: Mahamat Abdoulaye Garba era interrogado por una persona
fuera de cámara sobre sus reuniones con funcionarios franceses y
sobre las relaciones supuestamente mantenidas con el grupo arma-
do. Algunos observadores de la política centroafricana la ven como
una simple desviación, así como un deseo de desacreditar la acción
francesa.
En la República Centroafricana el Grupo Wagner se ha visto en-
vuelto en una serie de acusaciones relacionadas con abusos contra
la población civil. Las actividades de Wagner en el país proporcionan
el ejemplo más documentado de daños civiles. Desde el momento de
su llegada, sus tropas han estado implicadas en delitos contra las po-
blaciones locales, incluidas frecuentes violaciones de adolescentes en
aldeas cercanas a sus bases de operaciones. Las atrocidades vinculadas
a Wagner en la República Centroafricana se multiplicaron a medida
que las tropas de la PMC se involucraron cada vez más en operaciones
de combate.
En junio de 2021, un panel de expertos convocado por el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas informó de numerosos asesinatos
indiscriminados y otros abusos de los derechos humanos llevados a
cabo por «instructores rusos» –principalmente tropas Wagner– en
la República Centroafricana. Estos incluían el «uso excesivo de la
fuerza, los asesinatos indiscriminados, la ocupación de escuelas y el
saqueo a gran escala, incluso de organizaciones humanitarias». El
informe citó ejemplos como un ataque en febrero de 2021 en Bam-
bari en el que Wagner y soldados locales mataron al menos a seis
civiles después de abrir fuego contra la mezquita al-Takwa. Solo un
día después, continuaron un combate dentro del centro médico de
un centro de desplazados internos, hiriendo a 36 civiles, incluidos 9
niños, con balas y municiones explosivas. Una investigación posterior
dirigida por el Gobierno de la República Centroafricana corroboró las
acusaciones de abuso de los derechos humanos de la ONU contra los
instructores rusos, incluidas torturas y ejecuciones extrajudiciales.
Sin embargo, el Gobierno ruso niega las afirmaciones y Wagner sigue
activo en el país.