La discriminación de las mujeres en Irán
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revolución, las mujeres ocupaban 22 de los 268 escaños en el parla-
mento, 333 sirvieron en los consejos locales y cinco eran jueces. Las
reformas permitieron a las mujeres divorciarse de sus maridos y au-
mentaron la edad legal del matrimonio de 13 a 18 años bajo las Leyes
de Protección Familiar de 1967 y 1975.
Los derechos de las mujeres se vieron severamente restringidos
después de la revolución, a pesar de que decenas de miles habían
salido a las calles para protestar contra el shah. La constitución pos-
trevolucionaria garantizaba “los derechos de las mujeres en todos los
aspectos, de conformidad con los criterios islámicos”. Durante la dé-
cada de Khomeini, el gobierno teocrático suspendió las Leyes de Pro-
tección Familiar y restringió las libertades sociales, como el derecho
al divorcio: bajó la edad de matrimonio para las mujeres a nueve, la
edad de la pubertad en la ley islámica (la edad de matrimonio para
los hombres se redujo de 18 a 15 años); también ordenó el uso de la
bufanda para la cabeza, el hiyab; los infractores se enfrentaron a
castigos severos, como azotes y penas de cárcel. Las mujeres, sin em-
bargo, conservaron muchos derechos políticos, incluido el derecho a
votar y a postularse para el parlamento.
Las mayores ganancias se lograron en la educación. En 1998, Irán
ganó el premio de la ONU por cerrar la brecha de género en la educa-
ción. En 2016, el 97 % de las mujeres de 15 a 24 años eran alfabetiza-
das, en comparación con el 98 % de los hombres. En general, el 81 %
de las mujeres eran alfabetizadas, en comparación con el 90 % de los
hombres. Las mujeres representaron el 60 % de los estudiantes en las
universidades iraníes. Las mujeres también se hicieron más visibles
en la política doméstica. Hicieron campaña activamente por presi-
dentes que aliviaron las restricciones sociales a las mujeres, ganaron
nombramientos para cargos ejecutivos y se postularon ellas mismas
para cargos políticos.
Sin embargo, la desigualdad de género persistió. A partir de 2020,
las mujeres representaban solo el 15,2 % de la fuerza laboral y solo
ocupaban el 6 % de los escaños en el parlamento. Las mujeres casa-
das se enfrentaban a una protección inadecuada contra la violencia
doméstica en casa y no podían viajar fuera del país sin el permiso de
su marido. Las activistas que protestaron fueron encarceladas y al-
gunas incluso se suicidaron para evitar castigos severos.