Duración del vídeo: 13 minutos y 40 segundos
Los niños que salen en el vídeo interpretan personajes ficticios.
Estoy mandando un mensajito.
¡Tardo más que vosotros. No crecí rodeado de tecnología.
Parece que ahora lo hacemos casi todo con nuestros teléfonos, ¿verdad?
En tabletas, portátiles, consolas... todo tipo de dispositivos.!
Vivimos conectados. Redes sociales, webs, streaming... ¡Es fantástico!
Y utilizamos todos estos dispositivos casi sin pensar en ello.
Es estupendo, pero las cosas pueden ponerse feas.
Lo que haces en internet, con tu dispositivo y los de los demás, puede meterte en líos.
Pronto pasarás al instituto, donde harás muchas más cosas en internet.
Por eso es importante saber qué puedes hacer y qué no.
La mayoría ya sois mayores como para meteros en líos con la policía. Líos gordos.
Por eso tenéis que saber lo que es legal y lo que no.
Porque existe una ley: el Código Penal.
No te preocupes si no habías oído hablar de ella. La mayoría de la gente tampoco.
Dice que no debes hacer mal uso de tus ordenadores, teléfonos o dispositivos.
No puedes usar tu propio ordenador o dispositivo para hacer algo malo.
No puedes usar el dispositivo de otra persona sin su permiso.
Y no se debe acceder remotamente al dispositivo de otra persona sin permiso.
Estos son usos indebidos del ordenador, que están prohibidos por la ley.
Ahora oirás historias que muestran cómo chavales como tú
pueden incumplir la ley sin ni siquiera saberlo.
Y cómo la cosa puede ponerse muy fea.
Empecemos con Jack.
Fue justo antes de cumplir once años.
Mi hermana mayor estaba en casa con su amiga Lisa, del trabajo.
Estaban siendo muy pesadas, mientras yo intentaba jugar a la Xbox.
No paraban de enseñarse mensajes y tiktoks en sus teléfonos.
Lisa metía todo el rato el pin en el teléfono, delante de mí, para enseñarle cosas a mi hermana.
Así que me lo aprendí. Fue fácil. Lo hizo un millón de veces.
Lisa se pasó todo el rato quejándose de su jefe.
Entonces decidieron merendar.
Se fueron a la cocina y Lisa se dejó el teléfono.
Estaba ahí, muy cerca, vibrando como loco porque llegaba un mensaje tras otro.
Y pensé que sería divertido mandarle un mail gamberro a su jefe.
Así que cogí su teléfono, metí su pin y escribí un mail.
Y ya está: le di a "enviar".
Su jefe estaba en sus contactos. Recibió el mail.
Lisa se metió en un buen lío en el trabajo. Casi pierde su trabajo.
Mis padres me obligaron a disculparme con ella.
Tuve que llamar a su jefe para decirle que fui yo quien mandó el mail, no Lisa.
No sabía que una gamberrada así podía ser ilegal.
Este es un buen ejemplo de uso indebido.
Jack memorizó el pin de Lisa y lo usó,
sin su permiso, para meterse en el teléfono de Lisa.
Luego se hizo pasar por Lisa y envió ese mensaje gamberro,
también sin su permiso.
Lisa casi pierde el trabajo, lo cual habría sido muy malo para ella.
No habría podido pagar sus facturas
o progresar profesionalmente.
Jack hizo un uso indebido de ese teléfono.
No estaba autorizado a utilizarlo. No tenía permiso.
Utilizó el teléfono para hacer algo malo. Incumplió la ley.
Todo puede empezar con una travesura como esta,
pero hay quien va un paso más allá,
como Paris.
Estaba enganchadísima a los videojuegos.
Casi siempre ganaba en todos los juegos.
En todos los juegos. Bueno, casi.
Había un juego en el que no lo conseguía.
Me sacaba de quicio.
No conseguía ganar a mis amigos en ese dichoso juego.
Busqué en internet y encontré unas herramientas de modding
para obtener mejores puntuaciones y muchos más niveles
Y encontré una herramienta booter, para echar del juego a otros jugadores.
Era perfecto. Seguir ganando era lo mejor.
Pero resulta que es ilegal,
porque estaba manipulando el ordenador de otra persona.
Estaba impidiendo que funcionara correctamente.
Lo estaba ralentizando, incluso impidiendo que funcionara.
Y sin permiso. Por eso es ilegal.
Mi hermano mayor me pilló.
Encontró la herramienta booter. ¡Qué vergüenza!
Se lo dijo a mis padres, que se pusieron de los nervios,
porque había usado el ordenador de mi padre,
que empezó a recibir mensajes sospechosos: spam y cosas así de desconocidos.
Cuando haces cosas sin autorización
o descargas algo como una herramienta booter,
puedes meterte en un buen lío legal.
Veamos ahora lo que le ocurrió a Luke.
Me encanta programar. Es lo que mejor se me da.
Diseño webs, para mí y a veces para mis amigos.
Uso sobre todo Python, y también otros lenguajes de programación.
Me encanta todo lo que se puede hacer programando.
Me paso horas, a veces la noche entera, programando.
Mi amigo hizo fatal un examen de matemáticas.
Y dijo que, si pudiera, lo volvería a hacer otra vez.
Es mi mejor amigo,
así que retoqué un programa y me salté la seguridad informática de colegio.
Me costó, pero, una vez que empecé, tenía que conseguir entrar.
Soy muy cabezota.
Así que conseguí entrar y me dio un subidón.
Y enseguida pude ver todos los expedientes de los profesores y los exámenes.
Y le subí la nota. Se le dan bien las matemáticas, así que ¿por qué no?
No se me ocurrió que pudiese ser ilegal.
Ni que me metería en un buen lío.
Luke es un fantástico programador,
pero usó esa habilidad para hacer algo que está mal.
Peor que mal: es ilegal.
Vio sin permiso los expedientes de los profesores.
Y cambió la nota de su amigo, para lo cual claramente tampoco tenía permiso.
Si haces algo así, puede que des también un paso más,
que es lo que hizo Kyle.
Empecé cuando tenía unos diez años.
Juegos, modding y cosas así.
Pasaba horas en webs y chats, aprendiendo sobre ordenadores.
Un día, una persona —bueno, solo un nombre de usuario—
dijo que, si lograba hackear mi colegio y demostrar lo bueno que era,
podría incluso ganar dinero haciendo cosas así.
Pensé que ser hacker podría estar bien.
Podría hacerme famoso en internet.
Y eso fue lo que hice.
Hackeé el sistema de mi colegio,
conseguí un montón de datos personales de profesores y padres
y se los pasé a ese usuario.
Estuvo fatal, lo sé,
pero, incluso si eres un desconocido, cuando alguien te halaga
quieres que siga haciéndolo, así que sigues adelante.
Esta gente mala vio de lo que yo era capaz,
lo bien que se me daba.
Me dijeron que podía hacer cosas aún más importantes,
como meterme en ordenadores de grandes empresas,
y averiguar cosas que había gente que quería saber,
y por las que pagaría dinero.
Así que eso fue lo que hice.
Hackeé una empresa, una empresa de verdad.
No por dinero, sino por el subidón.
Sentía que era el mejor hacker del mundo.
Y entonces, de repente, la policía vino a mi casa,
y lo registraron todo.
Se llevaron todas mis cosas, mi aparatos.
Incluso mi Xbox y mi tablet.
Se llevaron hasta los aparatos de mis padres.
Sabían lo que había hecho.
Tenían pruebas. Pasé miedo, mucho miedo.
Y entonces me detuvieron.
Mi madre estaba muy triste y enfadada.
Más enfadada que nunca.
Mi padre se echó a llorar, por mi culpa.
Nunca había visto llorar a mi padre.
La cosa se está poniendo seria.
Que Kyle hackeara esa empresa, una empresa real,
es un paso más por el mal camino.
Por supuesto que no tenía permiso para hacer algo así.
Y todo empezó porque a Kyle se le daban bien los ordenadores
e hizo caso a gente con malas intenciones.
Y sintió que podía hacer lo que quisiera.
Así es como el uso indebido de un ordenador para cosas menores
puede llevar a hacer cosas muy malas.
Así que la situación enseguida se le complicó mucho.
Y no sólo a él, de cara a su futuro, sino también a su familia.
Es muy sencillo: los ordenadores de los demás son algo privado.
¿A que no entrarías en casa de alguien y te llevarías sus pertenencias?
No utilices el ordenador, el dispositivo, la red o la cuenta de nadie sin su permiso.
Ralentizar un ordenador o impedir que funcione correctamente
también es ilegal si no tienes permiso para hacerlo.
Para alterar el funcionamiento de un ordenador u otro dispositivo,
o incluso de una web, necesitas tener permiso.
Lo mismo vale para los dispositivos de otras personas:
los ordenadores de tu colegio, los dispositivos de tus padres;
para todos los dispositivos o sistemas que no sean tuyos.
Sí, lo repito: hay que pedir permiso.
Pero no te asustes, ser un genio de la tecnología tiene su lado bueno.
Tener talento para programar es algo fantástico.
Experimenta, aprende cómo mejorar
y utiliza todas tus habilidades tecnológicas.
Hazlo como es debido y un día podrás ganar mucho dinero,
conseguir un trabajo estupendo, incluso crear tu propia empresa.
Pero pide permiso, no te metas en líos y diviértete.
Estoy haciendo un curso para aprender a programar correctamente.
Estoy haciendo un curso de informática,
y mi profesor dice que tengo mucho futuro.
Por ejemplo, creando aplicaciones.
Y me obliga a salir de casa, lo cual está muy bien.
Aprendí por las malas que lo que hice era ilegal.
pero si respetas la ley puedes hacer cosas buenas, estupendas,
Si se te da bien la tecnología encontrarás un buen trabajo.
Es muy fácil: solo hay que tener permiso.
No hagas cosas ilegales y todo irá bien.